EN LA ALBORADA



En la Alborada

A mi padre (Manolo)

 

 1

En la alborada de tus nuevos días

circulando en el espacio,

encontrarás la luz divina,

que te guiará tus lentos pasos.

 

2

Y Dios te pondrá una luz tibia,

para que no te moleste

en tus ojos azules opacos,

y con tu siempre andar pasivo

caminarás en el espacio.

 

3

No tendrás ya más molestias,

porque tu cuerpo

descansará muy plácido,

tendido entre las nubes,

lejos y muy alto.

 

4

Y algún dia te encontraré,

¡Dios ya sabe cuándo!

y tu y yo caminaremos,

como antes, yo cogida de tu mano,

y me llevarás siempre contigo,

para siempre en el espacio.

  


Miriam Ramos Ramos

 

 


SIN TI



Sin Ti

(a mi madre)


1

Sin ti, ni el sol ardiente

es fuego abrasador,

porque sólo tibio mi cuerpo,

del frio mañanero,

en mis tiernos años,

¡madre mia!, tu calor.

 

2

Sin ti, ni la torrente lluvia

romperá el silencio,

que tan sólo estallaba,

¡madre mia!, cuando tu

bendición sonora,

se escapaba de tu voz.

 

3

Sin ti, ni la más radiante estrella,

ni la más brillante luna,

iluminará la noche oscura,

cual tus ojos, ¡madre mia!

que tan siempre llenos de ternura,

derramaban su fulgor.

 

4

Sin ti, aunque florezca toda flor,

cada paisaje es incoloro

si no asoma tu figura,

¡madre mia!,

todo pierde su hermosura,

cuando sé que no estás tú.

 

5

Sin ti, nada compara,

ni el aroma de las rosas,

ni la más rica fragancia,

a la brisa pura y fresca,

que mezclaba madre mia,

toda la pureza de tu olor.

 

6

Sin ti, la multitud,

que transita es poca,

todo murmullo se silencia,

¡Madre mia!, todo es nada,

sin tu presencia, sin tu voz.

 


Miriam Ramos Ramos