AMOR ETERNO
(a mis padres Manolo y Anita)
1
Sopló el viento su caricia
sobre el rostro de los amados;
Y la Estación de Amor
abrió sus puertas al idilio.
Luego el tiempo transformó,
en una dulce nostalgia otoñal
la plenitud dorada de sus días.
2
Bajo el tibio sol
de una mañana
a la orilla de aquel río
que fluía transparente;
en el cual la imagen
de sus cuerpos reflejaba;
Los ojos de ambos
sutilmente se cruzaron
con la mirada fija
en el horizonte del amor
que al instante se iniciaba.
3
¡Ojos azules y profundos!
tan serenos como el mar
erán los de él;
y en la amada brillaron
sus ojos color miel.
El poema entre ambos
se hizo versos cada amanecer;
El amor ya florecía
entre ambos cada atardecer.
Y se amaron desde entonces;
cada luna, cada anochecer.
Enlazando así sus vidas
sin dejarse de querer.
4
Esa estación de amor
que se evoca con ternura
en estos versos matizados
de nostalgia otoñal;
corresponde a esos
tan amados seres
que fueron nuestros padres
y que nos otorgaron
la más hermosa dicha
y el regalo tan preciado
de haber sido el fruto
de aquel tan intenso
y perdurable amor;
que los acompañara
hasta la eternidad
del inmenso cielo;
y desde allí aún
nos aman y vigilan.
Miriam Ramos Ramos
28 de septiembre de 2020