CLARA LAIR

Puerto Rico



AMOR


 ¡Si dejaran que viera las cosas a mi modo!

Mientras la turba pasa compacta a su destino...

¡que se detenga nadie en mitad del camino

a contemplar si me alzo sobre espumas o lodo!

¡Que hoy tengo todo el pecho pujante de palmeras!

¡Hoy me sube a la boca un borbotón de olas!

Hoy quiero estar oculta y quiero estar a solas.

¡Qué inmensa compañía es un par de quimeras!

Hoy no hay sol... todo es luna... ¡Noche de luna llena!

¡Hoy no hay nadie en el mundo, sino yo sola y un hombre!

Y no hay otro sonido que un nombre, un nombre, un nombre...

¡Dos sílabas ahogando la marejada plena!

Sobre la verde manta musical de coquíes,

y al candelabro errante, fugaz del cucubano,

el soplo de la vida agrietando el arcano,

quiere alma de palmeras y carne de alhelíes...

¡Diez siglos las estrellas escoltaron la luna!

¡Diez siglos los marullos arroparon la orilla,

porque él y yo esta noche, sin rubor ni mancilla,

mirábamos las cosas como se ven en la cuna...!

¡El y yo: nuestro el mundo! Miseria ni fortuna

nos trajo ni nos quita este poderío breve,

de la carne de nube impalpable y la leve

sangre de flamboyanes rendida por la luna...

  

Amor, mientras te tenga, será claro el misterio:

la dicha es sólo el sueño en que forjas las cosas.

Amor, mientras te tenga, el mismo cementerio

será sólo un recodo de mármol y de rosas.

Amor, yo no era nada hasta que tú me hiciste.

Mi cuerpo era la tierra, mi alma era el vacío...

Amor, tú me sembraste y tú me estremeciste,

por ti tengo el relámpago, la ola y el rocío.

¡Amor, tú das lo único que es de él y que es mío!

Luego serán los otros, y el deber, y el hastío

de perder y lograr... y el ver podrirse todo,

y el ver la muerte unir las espumas y el lodo.

Y aun cuando se haya ido, y sea un rumor apenas,

como el río en el mar, susurrando en mis venas...

Cuando marche conmigo escondido en mil nombres

y lo busque perdido entre todos los hombres...

Cuando mire a los otros oculto tras mis ojos

y ponga hiel difusa en todos mis antojos;

y en cada nuevo beso esté su eterna cara

y el eco de su risa si otra voz me nombrara...

¡Amor, en otra noche lo unirás a mi mano...

para el cuajo profundo de palmas y alelíes,

bajo el verde sudario musical de coquíes

y el vagabundo cirio, fugaz del cucubano!



Clara Lair


 

de su Poemario Trópico amargo

(1950) - Clara Lair-

A Jorge Font Saldaña