JOSE P. H. HERNANDEZ
PUERTO RICO
MADRIGALES
* * *
Madrigal Oro Coral
I
Ved el madrigal---de la madrugada.
Ved como amanece---en sus manecitas.
Ved el rosicler---rociado de luz
de sus dulces y suaves mejillas.
Madrigal, de un mendrugo de amor
que va amaneciendo
en las lejanías de su corazón.
Es el madrigal---de esa madriguera
de fieras de luz---que son sus pupilas,
donde suspirando presa está mi alma,
aguardando la muerte o la vida.
II
Madrigal Oro-Rojo
¡Tus labios!...Ánfora gruta
donde acopio
mi manada de deseos,
que son lobos.
¡Tus labios!... ¡Ah, quien pudiera
saciar el divino gozo
de vaciar tu cuerpo en ellos
y apurarlo sorbo a sorbo…!…
III
Madrigal Oro-lila
¿Qué son tus ojos bellos, Lilia mía,
en tu rostro de célico primor?
dos avispas de luz que han confundido
tu rostro con el cáliz de una flor.
Y es verdad, porque llevo,
desde que los besé bajo la calma
fragante del idilio,
su ponzoña de luz dentro del alma.
IV
Madrigal Oro-Purpura
…Y, luego te besé… Y eran arrullo
de tórtola mis besos.
entonces, tú lloraste… Mas tus lagrimas
eran líquido fuego.
Traté de recogerlas, mas no pude,
Y rodaron al suelo....
¡No en balde en el jardín, como en tu rostro,
las rosas se murieron…!
V
Madrigal Oro-Gris
¿Recuerdas? Tú no llorabas.
pero—parece mentira!—
una lagrima vertiste
cuando ya no me querías.
Una sola… Y, como aquella
lagrima de tu pu pila
era el único diamante
de la mina:
Y, habiendo sido mi alma
para ti, siempre sortija…
La bebí, para llevarla
siempre a mi alma prendida…
VI
Madrigal Oro-Perla
Lector: Lilia me ama,
Pero es su amor tan raro,
que a veces creo que no haya
nacido para mí.
He buscado en su pecho
la flor de su cariño
y hay mucho más de mil
Pero, ¿Verdad, lector,
que es mejor que así sea,
si es que ella no ha nacido
tan solo para mí,
puesto que al ver la flor
quizás la arrancaría
y no podría entonces
volver a su jardín?
JOSE P. H. HERNANDEZ